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La digitalización industrial avanza en dos frentes: más datos y la necesidad de procesarlos donde se generan.

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Los microcentros de datos industriales (instalaciones compactas que integran energía, refrigeración, seguridad y gestión en un solo recinto) aparecen como la solución práctica para llevar el cómputo y la toma de decisiones al borde de las plantas, líneas de producción y centros logísticos.

A diferencia de los grandes centros de datos, estas instalaciones compactas permiten alojar y procesar información junto al punto donde se genera.

Esa cercanía reduce la latencia, disminuye costos operativos y proporciona un control más eficiente del entorno, elementos clave para que una planta fabril mantenga continuidad y calidad en sus operaciones.

Procesamiento cercano

El mercado global de microcentros de datos mostró un crecimiento sostenido en los últimos años; estimaciones recientes sitúan su valor en varios miles de millones de dólares en 2024, con proyecciones de crecimiento de dos cifras anualizadas hacia 2025 y años siguientes, impulsadas por la expansión del edge computing, IoT industrial y exigencias de baja latencia.

Por ejemplo, un reporte estimó el mercado global 9.65 mil millones de dólares en 2025 y proyecciones de notable expansión hacia 2034 por 88 mil millones de dólares.

El mercado mexicano de centros de datos vive una expansión sostenida. Estudios recientes muestran que regiones como Querétaro, Jalisco y el Bajío encabezan el crecimiento de infraestructura digital, impulsando soluciones más compactas y descentralizadas.

El reporte “Data Centers in Mexico” confirma que la demanda de infraestructura industrial conectada sigue en ascenso y que el edge computing se consolida como una tendencia dominante para 2025.

Estudios y casos técnicos muestran beneficios concretos del uso de microcentros en entornos industriales: despliegues preconfigurados pueden reducir el tiempo de ingeniería de campo (por ejemplo, reportes de reducción aproximada del 40% en tiempo de ingeniería), acelerar el time-to-market y bajar costos de operación y mantenimiento.

Estos factores son clave cuando la planta no puede permitirse interrupciones largas ni integración compleja.

Más tecnología, más eficiencia

En la práctica, un microcentro de datos integra un UPS, distribución eléctrica, refrigeración localizada y herramientas de monitoreo remoto; esto permite mantener la disponibilidad de aplicaciones críticas incluso en entornos no climatizados o remotos y disminuye la necesidad de intervención en sitio.

Además, la estandarización favorece la seguridad física y lógica, elementos cada vez más demandados por certificaciones y marcos regulatorios relacionados con continuidad operativa y ciberseguridad.

Schneider Electric aborda este reto con su familia EcoStruxure Micro Data Center, que reúne en un gabinete soluciones de distribución eléctrica, UPS, control ambiental y gestión remota todo pensado para implementaciones de edge en industria—.

La propuesta se apoya en componentes preconfigurados y en la integración con plataformas de gestión que permiten supervisar el estado del equipo y recibir alertas, reduciendo así riesgos operativos y tiempos de diagnóstico.

La industria está en una carrera por llevar la inteligencia al punto de acción. Los microcentros de datos industriales no son una moda: son la infraestructura que permite que sensores, algoritmos y personas hablen el mismo idioma en tiempo real.

Para que esa promesa se cumpla, las plantas necesitan soluciones integradas, estandarizadas y gestionables, y es ahí donde la praxis del mercado hace posible traducir la inversión en resultados operativos.

Si aún se piensa en la nube como única respuesta, vale la pena mirar al borde: la transformación sucede cuando se procesa la información.